Felipe de marichalar y borbón
Nació en el seno de una familia pobre en Zaragoza, España, el 27 de julio de 1906. Desde muy joven, María brilló con un radiante amor a Dios y a los pobres; siempre buscó la manera de ayudar a los pobres. Tras pasar cuatro años en Alfamen por motivos de salud, regresó a Zaragoza y comenzó a trabajar en una fábrica de zapatos para ayudar a su familia económicamente. Allí, su sencillez, su simpatía natural, su amabilidad y su diligencia la hicieron popular entre todos. Sin embargo, el Señor quiso conducirla cada vez más profundamente al misterio de la Cruz. María Pilar amaba tanto el sufrimiento que solía decir: “En el sufrimiento encuentro un amor tan grande por nuestro Jesús que muero”.
Un día de 1926, al volver del trabajo, se fracturó la pelvis al caer del tranvía; en 1927, un brote de quistes la paralizó y la dejó ciega. Así comenzó para ella un penoso camino, entre los hospitales de Zaragoza y su pobre ático. Durante la Guerra Civil española, allí rezó, cultivó amistades evangélicas y ayudó a muchos a discernir la llamada de Dios.
Alumnos notables de la escuela Blue Ridge
La ambición clásica que había convertido a Luis Moya en un intelectual marginado y solitario había desaparecido por imposible, y la Capilla para el Colegio de El Pilar representa la tardía búsqueda de la modernidad. Las referencias, ahora alejadas de la tradición y de la antigüedad, pasaron a ser otras: parece que Luis Moya dirigió su interés hacia el organicismo del Wrightianismo, una versión moderna más de su agrado tanto por la distancia que establecía con el estilo Internacional como por su vinculación a la expresión de los materiales y la identidad entre forma y construcción. Esta probable filiación, medio formal y medio conceptual, se completó con una especie de concurso: construir en ladrillo, en bóveda, las formas en losas de hormigón armado que había empezado a popularizar el arquitecto español Félix Candela, instalado en México. Modernidad de la forma y tradicionalismo del contenido, incluso del propio material. El gusto por la expresión de los materiales y por las superficies articuladas constructiva y compositivamente, realzadas por las texturas, se mantuvo en esta interpretación como en casi todas sus obras, pues fue un hábito -de hecho, anticlásico- de casi toda su carrera.
Colegio santa maria del pilar madrid en línea
El Colegio Santa María del Pilar, conocido también como Colegio Santa María, es un colegio privado católico de primaria, secundaria y bachillerato fundado por la Compañía de María en Madrid, España[1] El campus del colegio es uno de los más grandes del centro de Madrid y su capilla catalogada, construida en la década de 1950, es uno de los mejores ejemplos de bóvedas de ladrillo de la primera época de la modernidad española[2].
La escuela ofrece todos los niveles, desde el jardín de infancia hasta los cursos preuniversitarios. Los alumnos del colegio se encuentran entre los que obtienen mejores resultados en las pruebas de aptitud universitaria. También se encuentra entre los mejores colegios de España según diferentes publicaciones anuales del sector. [4]
Wikipedia
La Beata María Pilar Izquierdo Albero, Madre fundadora de la Obra Misionera de Jesús y María, tercera de cinco hermanos, nació en Zaragoza (España) el 27 de julio de 1906 en el seno de una familia cristiana, humilde y necesitada. Don Mariano, su padre, era de Alfamén (Zaragoza) y trabajaba en una panadería, mientras que su madre Paola, natural de Zaragoza, se dedicaba a las labores domésticas en su casa y en la de los demás para contribuir a la economía familiar.
Sus padres, pobres en bienes materiales, pero ricos en toda virtud, transmitieron a su pequeña el espíritu de piedad, el amor a los pobres y una tierna devoción a la Virgen del Pilar. El 5 de agosto, fiesta de Nuestra Señora de las Nieves, llevaron a la pequeña María Pilar a la pila bautismal de la parroquia de Santa María Maddalena. Más tarde, como ella misma diría, ese fue el día más importante de su vida porque había recibido la Gracia santificante y por el Sacramento del Bautismo se había convertido en hija de la Iglesia.
Desde pequeña brilló en ella un exquisito amor a Dios y a los pobres, de hecho no podía dejar a nadie necesitado sin ayudarle inmediatamente. Muchas veces renunció a su merienda y a sus pequeñas cosas para ayudar a los demás. Varias veces había regalado las escasas provisiones de la despensa o su ropa para hacer el bien a los demás. Como no había podido ir a la escuela, apenas sabía escribir y leer, por lo que se consideraba “una muda” porque no sabía otra cosa que “sufrir y amar, amar y sufrir”. Pronto experimentó la realidad del dolor en su propia piel y comprendió el valor redentor del sufrimiento.